Es necesario entender y diferenciar dos conceptos, el de colectivo y el de comunidad.
Un colectivo se forma por un grupo de personas que pertenecen a una comunidad y comparten determinados intereses, como por ejemplo la pasión por el deporte o ideas políticas similares. Dicho en otras palabras, los ultras de un equipo de futbol son un colectivo que forma parte de la comunidad de hinchas de un equipo local, pero que desde luego no representa los principios deportivos del equipo ni del resto de hinchas que van a ver un evento deportivo y no a matarse, sin embargo ambos COLECTIVOS llevan el mismo uniforme y los mismos símbolos.
Es decir que un colectivo es un grupo de personas de la misma comunidad que comparten gustos, intereses u objetivos.
Desde hace unos días se ha generado mucha polémica con la retirada de símbolos que identifican o representan al colectivo LGTB, actos que por supuesto suponen un paso atrás en los avances para construir una sociedad utópica, mágica y de colores pastel en la que a muchos les gustaría vivir, sin embargo la realidad es que detrás de esa retirada de símbolos, hay un escenario sociológico mucho mas complejo que el de pensar o concluir que España es un país machista u homófobo, pues por supuesto es mas fácil determinar que lo que no esta en tu línea es tu enemigo, sino piensas como yo, estas equivocado o peor aún sino estas de acuerdo con mi discurso eres un machista, facha, homófobo y retrogrado, vamos, eres el problema y el motivo por el que vivimos en una sociedad untada hasta arriba de mierda.
Recordemos que un colectivo no representa los intereses de una comunidad o una sociedad, sino que son un grupo de personas con ideas en común. Dicho esto, el 03 de Agosto de 2023 un bar en Valladolid tenía que retirar por orden del ayuntamiento, la bandera del colectivo LGTB tras 7 años de verla ondear sin ningún problema, un atentado directo por parte del estado contra la libertad de expresión del dueño de ese bar. Cualquier persona en un estado libre debería poder exponer, vestir o lucir símbolos que representen sus gustos, ideas, sueños o intereses, siempre y cuando estos no hagan apología al odio, pero que pasa cuando un puñado de personas han prostituido por completo lo que representa la bandera del arcoíris, orgullo y libertad, mercadea a conveniencia y se abandera la idea de representar a toda una comunidad. ¿El resultado? que la sociedad rechace los símbolos de libertad y orgullo y los asocie a la imposición. Por eso hace 7 años esa bandera podía adornar la fachada de aquel bar en Valladolid sin ningún problema, porque hace 7 años esa bandera representaba libertad y orgullo, ahora por culpa de un colectivo de trastornados con serios problemas de autoestima y aceptación, muchas personas empiezan a asociar la bandera del arcoíris a un símbolo de imposición ideológica, un mensaje totalmente descontextualizado. Las instituciones públicas no están creadas para decirle al pueblo como tienen que comportarse, que pueden pensar o decir, deberían estar para proporcionar todas las herramientas necesarias para que su población tenga acceso a una educación de calidad, un sistema de atención médica, trabajos dignos, espacios culturales y deportivos, centros de investigación tecnológica y artística, pero vosotros, nosotros, ellos y yo les hemos permitido negociar con nuestra identidad, cada vez mas fragmentados, divididos y con un orden de prioridades totalmente alterado, si usted que esta terminando de leer este articulo de opinión se ha sentido mas ofendido que representado, le ofrezco mis mas hipócritas disculpas y le sugiero que vuelva a leer con atención.
Quiero terminar de exponer mi opinión bajo la premisa de que soy un fiel defensor de la libertad de expresión y me tomare la libertad de citar al periodista Patrick O´Rourke:
"Las personas deberían tener el derecho de hacer lo que quieran y con ello la obligación de aceptar sus consecuencias"
Bravísimo
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