Ese rincón intrigante de la medicina que se aventura por las complejidades de la mente humana, es como un grafiti mental que sigue sorprendiendo a muchos.
Desde las sombras de la ciudad hasta los recovecos más profundos de la psique, aquí te traemos algunas curiosidades que harán que tu mente dé una vuelta por el lado mas urbano de la psiquiatría.
Grafiteando el cerebro:
La mente humana es un lienzo complejo y, a veces, inescrutable. La psiquiatría armada con sus propias herramientas de expresión, se aventura a descifrar y entender el grafiti de los pensamientos. Desde la esquizofrenia hasta el trastorno bipolar, cada trazo en este mural mental cuenta una historia única y caótica.
Mentes tatuadas por el estrés:
El estrés, ese enemigo constante e invisible de la jungla urbana, no solo afecta al cuerpo, también deja su huella en la mente. La psiquiatría moderna intenta comprender como estos tatuajes del estrés, contribuyen al desarrollo de trastornos como la ansiedad y la depresión. Hoy en día tenemos muchas herramientas para entender mejor, hasta qué punto el funcionamiento de la psique o una mente sana, es sinónimo de calidad de vida; los profesionales de la salud mental, llevan incorporando nuevos métodos y diseñando una cartografía emocional, que se encuentra en constante actualización. En la antigua Grecia, tenían una percepción más profunda y pragmática de los problemas mentales, ellos entendían el cuerpo y la mente como una unidad, así pues, mientras la Grecia clásica entendía los problemas mentales como un desequilibrio en el organismo, debido a un cambio en los fluidos corporales, en la Europa antigua los asociaban a posesiones diabólicas. Pero es que al otro lado del charco, en la América precolombina, eran conocidos como personas con alguna conexión divina o poderes mágicos. Desde luego, es apasionante conocer todas y cada una de estas cuestiones.
La lobotomía:
En la sombra del pasado de la psiquiatría, la lobotomía se erige como una de las prácticas mas horrendas en la historia de la medicina mental. En las próximas líneas, nos adentraremos en los callejones retorcidos, donde el bisturí se convirtió en pincel, donde médicos y pacientes serian testigos de una práctica médica, que dejaría cicatrices para siempre, en el tejido de la psiquiatría moderna.
En la travesía de la historia, la lobotomía se presenta como un capítulo oscuro y perturbador. Imagina por un segundo, un acto quirúrgico e invasivo que buscaba alterar el flujo de los pensamientos, pero que por supuesto, termino siendo una monstruosidad en la narrativa médica. Desarrollada en los años 30, esta técnica quirúrgica, implicaba la desconexión de las vías nerviosas en el cerebro, con la creencia de que esto, calmaría la tormenta de trastornos mentales. Abrirte la cabeza para empezar a tocar y mirar que se quita y que se deja. Walter Freeman, recuerda este nombre, porque fue este hombre quien, no solo introdujo esta práctica, sino que murió defendiendo su uso y beneficios, incluso después de que le fuera retirada la licencia tras morir un paciente, como no, después de una lobotomía.
Algunos pacientes experimentaron alivio momentáneo, otros, sin embargo, vieron perecer sus mentes desfiguradas, y lo que prometía ser una solución rápida, se convirtió en una pesadilla. La lobotomía se ganó su estatus de aberración, por la falta de precisión y comprensión sobre el impacto a largo plazo, en los pacientes que fueron sometidos, sin saber cual sería su triste final.
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